miércoles, 8 de febrero de 2012

5807.- ADRIANA TAFOYA

Adriana Tafoya. Poeta y Editora. México.1974. Libros publicados: Animales Seniles (2005), Enroque de flanco indistinto -poemario sobre ajedrez- (2006), Sangrías (2008), El matamoscas de Lesbia y otros poemas maliciosos (Ediciones Pasto Verde, 2009 / segunda edición Bitácora 2010) y Diálogos con la maldad de un hombre bueno (Editorial Ultramarina Cartonera, España, 2010). Obtuvo el segundo lugar en el Concurso Nacional de Poesía El Laberinto (2004), el primer lugar en el I Slam de Poesía organizado por la Alianza Francesa (2007), el tercer lugar en el Certamen Relámpago Internacional de Poesía Bernardo Ruiz (2008) y finalista en el Premio Nacional de Poesía temática Tinta Nueva (2010) . Fue conferencista en el Festival Internacional de Ajedrez 2006, organizadora de los Miércoles Itinerantes de Poesía (07/11) y creadora (junto con Andrés Cisneros) del Torneo de Poesía Adversario en el cuadriláterO (07/10). Ha sido incluida en diversas antologías poéticas, entre ellas el Anuario de poesía 2007 (FCE, 2008) y Paisajes Interiores, anuario de poesía (2010) del XVIII Encuentro Internacional de mujeres poetas en el País de las Nubes (coordinado por Emilio Fuego). Es compiladora, junto con Andres Cardo, de 40 Barcos de Guerra, Antología de Poesía(Coedición de 42 Editoriales Independientes, 2009). También ha colaborado en suplementos y revistas de México, Argentina, Venezuela, Nicaragua, Chile y España. Es editora de la revista y editorial VersodestierrO, y consejo editorial de Metáfora, hoja de poesía.





Animales seniles


I


Se sumerge en un mar tibio
y brotan vulvas escarolas
de su inmensa cabellera
red espectral que estrangula medusas y delfines


Blanca carne de magentas
y azules arterias
busca al dar su néctar añejo
su calostro negro
enfebrecido
el placer
de unos senos marchitos
rugosa piel
brote de esbelto talle
en pezones gastados
grieta
para empaparte de la sabiduría de su cuerpo
abierta en sus extremos
con la boca llena de jugos
verdor enfundado
en cristal humecto


Es de noche
y agua lánguida
nutre en el corazón del mar
una piel curtida
de uñas que son ramas
que son filosos lechos
para pájaros y peces
absorbe
de ellos su corpulenta juventud
y flotan rojas mariposas
florecientes córneas


carnadas telas diluidas agua


dame placer hijo














Animales seniles


VI


Traspasamos el portal con los labios impregnados de violetas
para mamar las ponzoñosas carnes del mito


membranas que enlazan en hirvientes rosas profanas
árboles flotantes de frutos geométricos


amargos y palpitantes de carroña
son sangre frutal
que se altera
se extingue y enflora
donde explotan granadas


caliente granizo rojo


en las ramas del cielo


¿para qué buscar el paraíso?


si tenemos este polvo que hormiguea de tan vivo
con sus múltiples niños apoyados en sus diminutas manos
para nacer torcidos de la ennegrecida tierra


se esparcen
se destrenzan
y son muñecas


órganos no de la entraña sino de las formas viscerales


no y sí del mirto que aprieta
un reloj en sus grecas
que enraíza
a la vez que se desprende
de este terreno terminal y breve
en el que duermen siniestros cisnes y canosas libélulas
donde los chupamirtos son flores
y se desgarran en lujuriosas y azules naranjas
que al comerse desnudas
en el pliegue de la entraña
son agujas que se ensartan y trenzan
entredevorándose dentro de los cuerpos




he aquí el infierno












Animales seniles


VIII


Con este viento tembloroso
con el frenesí de estas arenas
recoge en tus manos la húmeda canícula
amado y violento hermano


Hoy que sopla la claridad del sonido
hoy que flota el no dulce color de las toronjas
que reposan sobre la negra tierra
recoge tus manos y toma
mis ofrendas
si nadie piensa como tú
estás solo
te conviertes en boceto puntilloso
de trazos y señales
sombreado por la soledad de las ideas


Ahora que las aguas huelen a ese pez desconocido
que aprietan las mujeres con sus piernas
después de pasar las noches
dulces de leche entre los labios;
acércate a la orilla
y bebe mis frondas
contempla


míralas brotar en una barca
sus tres blancas casi grises y largas cabelleras
chorrear como espuma en equilibrio sobre las olas
seniles y desnudas con los cueros frotados de caricias
agridulces y delgadas
con la virginidad que la vejez otorga
los senos insípidos y el vientre estrangulado
y con las duras y despostilladas rodillas de las plañideras


Mujeres sin fin
Las he tomado por la boca
Las he anudado una a una
Con esas cuerdas de los filos más cortantes
Para abrirles los pétalos
Para comer el sabor a libro viejo
que se desprende del aliento de sus sexos


Tómalas hermano
y con la sangre de cien toros
inúndalas


la lujuria no tiene cuerpos


ahora que la muerte se abre
y no queda más
que la ceniza de mi sombra.














Jeringa estéril


…en fin, se había decidido a cometer,
sin titubeos, pecados inmortales.
Enrique González Rojo Arthur


I


La música traza con violentos pincelazos
paredes azules agrietadas
descascarándose en hojuelas


En el sofá
un hombre desnudo
con los calcetines puestos
anudados por las puntas
estira los pies
hasta tensarlos
en compás erótico


Casi eyacula






II


Me ordenas abra la puerta
golpeas con fuerza los límites
un sentido de ebullición
te sacude enloquecido


Escucho desde el sofá yo
esta articulada cochinilla
grisnegra y sudorosa
que le hacías temblar
todas sus nerviosas patas
blancas de angustia
ahora nada puedes inflingirme
ya no pienso decorarme
con una ciruela en la boca






III


No me levanto
la tibieza de mis uvas es indiferente
al cadáver de una mosca
fanática turbación me impregna
no vuelo
tengo la mariposa húmeda
con las alas abiertas


me dispongo a posarme en la punta
de un tornillo plata
que brilla erecto
sobre un par de almendras en bolsa de cuero
que tensan a este hombre
al punto del delirio
desnudo
con los calcetines
anudados






IV


Retumbas la puerta con los puños
tus feroces improperios
acompasan la música


En el sofá
este hombre desnudo y yo
nos estremecemos
estrujando el colibrí de miel
hasta extraerle la última gota


Eyaculamos.


Se impone el silencio
y la luz negra nos alumbra


tu rostro se deslava en el pasillo
no me desenredo, me relajo
después de todo
siempre hay otras mujeres








SOBRE EL JUEGO
El juego es una mirada en desmesura
transparencia mórbida de una actividad que se despliega
es fruta que estalla en la boca
después del trauma de la mordida
borboteo de adrenalina límpida
por el barranco de las posibilidades


Puede ser
pero no


El juego es la mentira más cercana a la verdad
tras otro intento del acierto
es la fiesta de las víctimas de un sueño
indeleble y concéntrico
En el circo de dios el juego es un loco que posee la tabla de los muertos


(Del poemario Enroque de flanco indistinto (poesía de ajedrez),
Mezcalero Brothers Ediciones, Ciudad de México, 2006)










DIALOGOS CON LA MALDAD DE UN HOMBRE BUENO
En cuestión de logros literarios, el que esté libre de pecado que renuncie a la oportunidad que le dan de ganarse un premio (…) o viajar gratis y con todo pagado a algún encuentro a emborracharse... A. Echeverría


El que no tranza no avanza
Dicho popular
Quién no quiere ser guapo y emborracharse
Quién no desea tener muchas mujeres y emborracharse
A quién no se le antoja conseguir mucho dinero, viajar y emborracharse
A quién no le gustaría ser el primero en todo, tener mujeres muchas y emborracharse
Quién se resistiría a una maleta llena de billetes, quedarse con el derecho ajeno
y emborracharse
Quién no se emociona con la idea de ser el primero en todo, ser guapo,
acostarse con niñas y mujeres, viajar, tener mucho dinero y emborracharse
Quién se aguantaría las ganas de tomar el dinero ajeno, meterse a la casa grande, tener
a la mujer del amigo, acostarse con hombres, niñas y mujeres, viajar bien vestido
y emborracharse
Quién no disfruta de sacar provecho, ser oportunista, buen ratero o abusador,
es natural disfrutarlo y emborracharse
Quién no es inteligente para saber que todo esto es humano y verdadero
Pero dime,
a quién no le extasiaría vengarse, cortarle los güevos a este alegre Casanova
recuperar su dinero, acuchillar a los amigos del ojete,
viajar a Europa con el rostro muy en alto
con la ropa llena de sangre
y después, ¿por qué no?, también emborracharse.


(Del poemario Diálogos con la maldad de un hombre bueno,
Editorial Ultramarina Cartonera, España, 2010)















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